lunes, 23 de marzo de 2009

Nuestra sonrisa perdida.

Leyendo ultimamente los diarios, y comparándolos con otros números de hace 20-25 años, hay un detalle que me ha hecho pensar.
Si mañana cogemos un diario cualquiera, sin importar su orientación política (El Periódico, La Vanguardia, El País, El Mundo, ABC...) y lo leemos, aunque sea en diagonal, veremos que las malas noticias son las que abundan, por no decir que el encontrar una noticia alegre, o minimamente "no mala" es árdua tarea.
Crisis, próblemas financieros, muerte... y semejantes temáticas son las protagonistas en la prensa de hoy en dia y parece ser que se venden muy bien.
Para matizar, cuando hablo de noticia alegre, simplemente me refiero a aquella noticia que te provoca un ligero aumento de humor como, por ejemplo, alguna anecdota curiosa en el mundo social o animal. Es cierto que el cariz informativo de estas noticias no es de carácter trascendental para la sociedad de hoy en dia pero... pregunto yo. ¿No es trascendental para el ser humano vivir con, al menos, una pizca de alegría?
Como dice el profesor Javier Barraycoa, hoy en dia la gente no sonríe. Según él (y me fiaré de su palabra, ya que yo aun ni existía), uno podía ir por la calle, hace 20 años, y la gente con la que se cruzaba solía tener una ligera sonrisa en la cara. Hoy en día esa sonrisa se ha perdido, y eso si puedo confirmarlo.
Haciendo el experimento, esta mañana he hecho todo el viaje desde mi casa hasta mi universidad sonriendo. La gente me ha mirado extrañamente, algunos incluso con cara de sorpresa, e incluso unos pocos han recibido mi sonrisa como si de un insulto se tratara mirándome con cara de muy malas pulgas.
Yo me pregunto...¿Que ha pasado? Donde se ha ido esta sonrisa? En que momento del camino empezamos a perderla? Los diarios son una buena muestra de ello y parece ser que nosotros actuamos a la par. Al mencionar los diarios también me quiero referir a los medios de comunicación de noticias en general: radio, television, internet...(aunque quizás este último con matices).
Puede que algún día, cuando los medios de comunicación decidan alegrarnos el día con alguna noticia no trascendental, ni escabrosa para el ser humano, esa sonrisa regrese a nuestras caras.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Elección voluntaria?

Como la gran mayoría de las noches, a eso de las 00.10 he salido a dar una vuelta para que el perro que compraron mi madre y mi hermana, mr Homer, hiciese sus necesidades habituales. Como la gran mayoría de las noches, me he llevado conmigo, también, mi reproductor de música para que la vuelta se hiciese más amena (partimos de la base que me gustan los bichos, pero no me gusta el tener que cuidarlos, ni sacarlos... así que se pueden imaginar la gran alegría que me hace bajar cada noche para sacar a pasear al interfecto).
Mientras estaba en la calle y mientras sonaba Sultans of Swing, de los Dire Straits, una pregunta me ha atacado cual veloz proyectil.
¿Por què me gusta esta canción y no otra?
Es decir ¿què es lo que nos hace decantarnos por escuchar ciertos estilos de música y no escuchar, o escuchar menos, otros?
Según Pierre Bordieu en su obra"La Distinción" indica que la clase social, que es la que determina nuestra afectividad, nuestros sentimientos etc, es determinante a la hora de percibir la sociedad y así, las clases sociales irían modulando el gusto de los miembros a los cuales pertenecen.
Si analizamos esta teoría, según mi clase social debería gustarme lo que a la mayoría de miembros de mi clase social, que podía traducirse en triunfitos y cantantes novedosos del momento que, al margen de la calidad musical que puedan tener, están siendo seguidos por la mayoría de los miembros de mi clase social.
No quiero entrar en debate de si la música que yo admiro es mejor, pues caeríamos en un bucle tonto ya que cada uno va a defender, con más o menos razón, su postura.
Donde quiero entrar es en el preciso motivo por el cual yo prefiero escuchar Smooth Criminal de Michael Jackson, El rocanrol de los idiotas de Joaquín Sabina o Requiem de Mozart que no escuchar Un charquito de estrellas de Alejandro Sanz, Crazy in love de Beyoncé o Come Running de Van Morrison.
Alguien podría decir que prefiero las tres primeras debido a influencias que haya podido tener e inconscientemente las plasmo ahora.
Otro alguien podría decir que es simplemente que las tres primeras crean en mí un efecto placentero que no hacen las tres otras, efecto que podríamos llamar sencillamente "gusto".
Otro otro alguien podría decir que por mi forma de ser son canciones que van conmigo, con mi carácter y por eso me gustan.
Es posible que los tres tengan razón y mi pobre mediocridad no de para más pero, sigo preguntándome...¿No hay un hecho, algo más profundo en todos que nos hace decantar por escuchar unas canciones que otras? (Y cuando me refiero a canciones tmb podemos hablar de cine, literatura, arte...)
Quizás la respuesta sea una sencilla línea, o bien sea un párrafo de dos páginas, pero lo cierto es que yo seguiré pensando en ella, con la ayuda de la música que un principio creó el conflicto.

domingo, 8 de marzo de 2009

Yo no soy monótono!

Según Mircea Elíade en su obra "El mito del eterno retorno" los hombres de las tribus tribales como los "Inuit" (esquimales) o los "Boroboro" han desarrollado un concepto del tiempo conocido como Sentido del Tiempo Cíclico. Dicho concepto consiste que cuando se acaba el año, o el concepto que tenemos nosotros del año, se inician unos ritos, llamados ritos de abolición, consistentes en romper, destruir, la mayoría de elementos conseguidos durante todo el año, como podría ser la vivienda, armas, objetos de uso cotidiano... para volver a obtenerlos el siguiente año ¿el significado? Dotar al individuo de un sentimiento cíclico para poder empezar el nuevo año, o ciclo, con una verdadera noción de saber lo que tiene que hacer.
Esto también puede ser conocido como monotonía. Entonces podríamos afirmar, que sin monotonía el hombre tribal no podría existir. Ese elemento es justamente el que el hombre post moderno no desea, pues en la mayoría de casos nos encontramos con la incesante necesidad de encontrar cosas nuevas, con la idea de progresar, de no quedarnos estancandos en el mismo lugar durante un largo periodo de tiempo.
Mi pregunta entonces, después de este pequeña explicación, sería la siguiente: ¿Hasta que punto el ser humano post moderno (es decir nosotros, el ser humano occidental del 2009) es hipócrita consigo mismo?
Se dice que la monotonía es un elemento negativo y, por lo tanto, debe ser evitado, pero...¿ acaso no realizamos parecidos ritos de abolición como los miembros de las tribus tribales? Si partimos de la base más necesaria para la existencia del ser humano, esta reside en la alimentación, para que no muera el humano de hoy y reproduccion, para que no muera el humano de mañana. ¿Acaso no son éstos los elementos más monótonos residentes en la existencia del ser humano? Cierto que camuflamos esta monotonía dando variedad, forma y sobretodo, gusto, al alimento que nos proporcionará la energía y a la hora de la reproducción, hemos desarrollado una infinidad de juegos para que el acto resulte lo mas divertido y placentero posible, pero en la base de todo nos seguimos encontrando con la misma monotonía.
Y... ¿Acaso hoy en día no está de moda el no afianzarse con una persona en concreto, sino en dejar a tu pareja cuando apetezca para ir a buscar otra? Quizás alguien pueda decir que ese hecho no es monótono sino todo lo contario, pero si volvemos a la base, creo que nos encontraremos con otra monotonía, la de estar con una persona al lado, por lo tanto, podríamos decir que todo ser humano vive en una monotonia, y no solo eso, sino que es feliz con este estilo de vida.
¿Adonde quiero llegar con esto? Sinceramente no me lo he planteado, solo tenía un par de ideas, como astillas clavadas en mi mente y tenía ganas de vomitarlo todo para quedarme un poco mas tranquilo.

P.D: Avui et donc les gràcies a tú Laura, que m'has donat l'última empenta per a què deixès de fer el gos i em posès a escriure, encara que siguin quatre tonteries.

Una abraçada^^